miércoles, 28 de enero de 2009

El semáforo verde de Gerardo Díaz


Leo en la Vanguardia de hoy que el Sr. Gerardo Díaz, presidente de la CEOE, asistirá al acto reivindicativo del próximo día 10 de febrero que han convocado las organizaciones metalúrgicas catalanas.

Éste medio de comunicación le otorga "semáforo verde" por lo que supone de normalización de las relaciones de la CEOE con el FOMENT. Quizás sí que esta reanudación de relaciones más cordiales se lo merece.
Pero hay duda que me quema "la neurona". ¿La AEB (Asociación Española de la Banca) ha dejado de formar parte de la cúpula de la CEOE que preside el Sr. Gerardo Díaz?

La duda parte del conocimiento que el acto convocado por la UPM (Unión Patronal Metalúrgica) busca evitar que la actitud restrictiva de las entidades financieras en relación a su política crediticia acabe ahogando la actividad de sus empresas, expresando a los gobiernos la dimensión de las dificultades que tienen y reclamándoles un posicionamiento más beligerante hacia la banca.

¿No sería bueno que además de acudir al acto de una de las organizaciones de la CEOE, el Sr. Gerard Díaz trajera una respuesta positiva de la AEB?

Respuesta en el sentido de que:
- no sólo velarán por sus intereses y por la solidez de su sector, sino de la economía española
- el afianzamiento que la sociedad, a través de los gobiernos, les ha ofrecido lo harán llegar hasta las empresas y las familias.
- lo harán de una forma más eficaz y responsable evitando que se vuelvan a alimentar el Leviatán de la especulación y favorezcan la economía real y productiva.

Si consigue esta respuesta de sus compañeros de ejecutiva, el Sr. Gerado Diaz seguro que se lleva todos los semáforos verdes!!!!

Calzarse las botas



La actitud ante las crisis es fundamental para superarlas.

Para salir, evidentemente, se requiere también conocimiento de la situación y una actuación ajustada, pero la actitud delante de ella es el factor que transforma en oportunidades lo que se nos presenta como adversidades.

Ya le pasó al Canciller alemán Gerhard Schroeder!. Se calzó unas botas, y con ellas se paseó, hundiéndose en el barro que cubría muchas ciudades alemanas después de unas potentes inundaciones, sin ninguna pereza, ni miedo, estuvo al lado de la gente, mientras sufrían la desgracia, lanzó un mensaje ajustado a las dificultades, sin ninguna concesión a la demagogia, y organizó los recursos que tenía a su alcance para ayudarlos. Con esta actitud, pasó de desahuciado político a revalidar la confianza de los electores.

De nuestros líderes esperamos una actuación parecida. Que se calcen las botas, que lideren la reacción ante la crisis. La solución no depende solo de ellos. Todos tenemos que calzarnos nuestras botas particulares, como nos ha recordado en su discurso al presidente Obama, con su apelación al esfuerzo y a la solidaridad.

Los que conocen al Presidente Montilla, saben que calzarse las botas y trabajar para conocer y reconocer el problema que empresas y familias están sufriendo o trabajar para unir - o imponer, si llega el caso - las voluntades y actuaciones necesarias para solucionarlos, no es aquello que más le cuesta. Es lo que ha hecho siempre. Incluso, se diría que se encuentra más cómodo que en otras facetas, sino fuera porque estamos hablando de la crisis.

Aquello que resulta frustrante es que otras - o, quizás todas las otras - fuerzas políticas y sus líderes se dediquen a dilapidar fuerzas y esfuerzos, en debates estériles y batallas internas.

Tendrían que calzarse las botas, proponer soluciones factibles y apoyar, aunque no sean las suyas, aquéllas que se tomen y vayan en la dirección correcta. Que los vean al lado del gobierno no les hará mal, todo lo contrario, porque los ciudadanos saben que eso sería bueno para todo el mundo.

Si no lo hacen así, la crisis pasará de ser su "aliado político", para retornar al gobierno, a convertirse en su principal pesadilla.

Están llegando tarde, así pues: ¡"A calzarse las botas"!

miércoles, 21 de enero de 2009

Los otros giros de Artur Mas

Tres son los giros que está protagonizando Artur Mas: el independentista, el euroescéptico y el de la derechización social.

Con la entronización de Ramón Tremosa y la defenestración de Guardans, como candidato a las elecciones europeas, Artur Mas ha hecho visible su giro hacia el soberanismo político y el abandono de la moderación en las posiciones nacionalistas que el Presidente Jordi Pujol consiguió transformar en seña de identidad de CDC.

El retorno del hijo prodigo, que dejó la casa convergente discrepando de la política de pactos con los gobiernos de España y que rechaza el Estatuto, es presentado como el ejemplo a seguir. ¿Como siempre aquéllos que no dejaron la casa del padre y continuaron trabajando para ella ven, cómo después de malbaratarla, vuelve para intentar participar del reparto de la herencia, o para "patearse" lo que queda?

Sin tanta metáfora bíblica, podemos preguntarnos: ¿cómo quedan y cómo se sienten todos aquéllos que han defendido y dado apoyo con su voto a la estrategia seguida por la coalición nacionalista, hasta ahora? Pues,…. desautorizados.

El grupo dirigente que encabeza Mas vive tan acomplejado, delante de los independentistas de izquierda (ERC), y tan obsesionado con recuperar esta parcelita política que radicalizan sus posturas para conseguirla.

Por eso que se "olvidaran" de explicar la anterior militancia del nuevo candidato, no fue casual, como tampoco lo es el hecho que Angel Colom, uno de los pilares de la Casa Grande y reclamo para independentistas, también sea de CDC. Es la típica abertura Madíatica hacia la sociedad.

Abandonar Europa como proyecto e instrumentalizar la en una pelea doméstica, es otro giro inédito en CDC, el segundo que encabeza Mas. La importancia y el apoyo a la construcción europea y la falta de un referente político, (a diferencia de UDC), siempre hicieron que Europa fuera vista con respeto y como un modelo socioeconómico y de libertades donde desarrollar su proyecto nacional. Sustituir este mensaje por el desconocimiento y desprecio que transmite el candidato Tremosa es otro giro hacia la nada.

El tercer giro de Artur Mas, quizás de lo que menos se habla, es su giro social hacia la derecha. También en eso se radicaliza. Deja de lado las "terceras vías" socialdemócratas para abrazarse al liberalismo más descarnado de los Sala Martí y otros yuppies. En este giro hacia la derecha económica y social es don beben las recetas que hace unos días explicaba Oriol Pujol: trabajar más horas -¿hasta las 65?- y cobrar menos -rebajando convenios ya firmados- o bajar las cuotas empresariales a la Seguridad Social aunque se la desequilibre y no mejorar protecciones sociales.

Con sus tres giros, independentistas, euroescépticos y de derechización social, Mas desorienta a todo el mundo. ¡Incluso en los suyos!

miércoles, 14 de enero de 2009

Garantía energética


Esta vez no nos ha tocado. Más que nada, porque el gas que nos llega no proviene de Rusia sino del norte del África.

Aprovechemos la circunstancia para reflexionar, ahora que vemos "las barbas de millones de compatriotas europeos puesta a remojar" y cómo sufren las oleadas de frío sin calefacción, por el exceso de dependencia energética.

Un escalofrío recorrió Europa, la primera vez que Rusia cerró el grifo del gas por sus conflictos con Ucrania. De golpe - y a su vez por el golpe - se tomó conciencia que: "la garantía de suministro energético era insuficiente".

Desde aquel momento los documentos de la Unión Europea sobre energía cambiaron. Ahorro y eficiencia energética o las energías renovables cedieron el primer lugar a la garantía de suministro energético, a la diversificación de sus fuentes y de sus proveedores. Asegurar el abastecimiento era lo prioritario. A pesar de eso, no se ha definido una política energética europea común, cada uno continúa yendo a la suya. Y así nos ha cogido el segundo aviso.

El gas, aunque fósil y finito, ha sido considerado últimamente como la fuente energética de transición. ¿Sin embargo, transición hacia dónde? Hacia un escenario energético donde se pueda prescindir de los combustibles fósiles sin sustos y carencias.

En los ámbitos técnicos, económicos, sociales y políticos con una sensibilidad medioambiental positiva se lo consideró como una opción factible para garantizar de forma razonable y a un precio aceptable la energía eléctrica y calorífica que se podía necesitar. Tenía a su favor un menor rechazo social, por más eficiente y menos contaminante que el carbón, el fuel o la nuclear, y que al mismo tiempo permitía ganar un tiempo fundamental, para hacer de las energías renovables y la fusión (que no fisión) nuclear la garantía de suministro suficiente y sostenible que permitiera el desarrollo humano al que aspiramos.

Si decidimos continuar con la apuesta por el gas, se tiene que ser consecuente. Eso supone construir las infraestructuras necesarias, como los gasoductos, como el Medgas, o los depósitos subterráneos de gran capacidad que nos permitan gestionar y garantizar el suministro y también las plantas de ciclo combinado para obtener la electricidad. Tenemos que ser conscientes que no por el hecho de que sean imprescindibles, eso nos ahorrará la pedagogía de explicar su necesidad y hacerlas bien. Nada será suficiente, para hacer pedagogía política y construir una cultura del sí, como pedía Manuel Ludevid.

Si se opta por descartar el gas, también se tiene que ser consecuente. Para garantizar el suministro solo hay dos caminos: volver hacia atrás, obteniendo la energía de los productos que se querían abandonar, o incrementar exponencialmente las de origen renovable.

La primera, en tanto que Europa tampoco es autosuficiente en combustibles fósiles, tendrá los mismos problemas geopolíticos que tiene el gas y además es más contaminante. Con respecto a la energía nuclear de fisión la no resolución técnica y segura de los problemas generados de la producción y de los residuos la hace una fuente de energía con bastantes dificultades para ser la energía sobre la que hacer pivotar la garantía de suministro.

Con respecto a la segunda línea, la de las renovables, actualmente siguen en un estadio de desarrollo tecnológico insuficiente que todavía hace que no sean la garantía de suministro que necesitemos. Y además hay que tener presente que unas fuentes no intensivas (eólicas, solares, biomases, biocombustibles o hidráulicas), requieren unas dimensiones extensivas para su producción.

¿En esta tesitura, a los conservacionistas tendrían que explicarnos por qué se oponen a los parques eólicos? Y cuál alternativa real plantean. ¿De paso también sería bueno conocer por qué el TSJC les da la razón?

Debatimos hasta el final cómo se garantiza el acceso a la energía, pero decidamos. Evitamos la actitud sobre la que nos alertaba Bertolt Brecht en su "oda a la duda":

"Delante de los irreflexivos que nunca dudan,
Están los reflexivos que nunca actúan.
No dudan para llegar a una decisión,
sino para eludir la decisión."

miércoles, 7 de enero de 2009

Enero: Un mes estresante e interesante



Enero será un mes estresante, pero también muy interesante

No solo por la "cuesta" que toma su nombre del mes, y en la que todos trataremos de recuperarnos de tanta fiesta, comida y gasto navideño, sino porque es el espacio de tiempo que hay para alcanzar un acuerdo sobre la financiación autonómica.

¡No es por nada!, sino porque el 1 de marzo hay elecciones en Galicia y el País Vasco y este tema tiene que estar resuelto antes de que se inicien las campañas electorales en el mes de febrero. Tener una fecha de finalización es bueno, pero sin duda desatará los nervios y creará un estrés negociador e informador agudo.

¡No se tienen que estresar, hay tiempo!, si se negocia con intensidad. Alcanzar un buen acuerdo, en tiempo y forma, requerirá mantener la claridad de planteamientos y la firmeza en su defensa, como se está haciendo hasta ahora y también unos nervios de acero para no estresarse.

El punto actual es bueno. Las bases del acuerdo se corresponden con los criterios del Estatuto y el resto de las comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por el PP, las están asumiendo porque también les son interesantes. Éste es el mérito de la propuesta catalana que, todo sea dicho de paso, tanto molesta a los nacionalistas de CiU, pues ellos estando fiando todo su futuro al fracaso de las negociaciones.

Pero la actitud de aquéllos que son los responsables (CiU y PP) del sistema de financiación que ahora estamos sufriendo, y que queremos cambiar, no debería despistarnos del trabajo que hay que hacer y ¡todavía queda mucho trabajo a hacer!

Ahora lo que toca es continuar negociando con inteligencia y prudencia. Inteligencia para concretar los conceptos y las cifras que configuren un acuerdo bueno. Y prudencia para no crear tensiones en el resto de las comunidades autónomas. Nada sería peor para todos que dar munición a aquéllos que quieren reabrir nuevos episodios de catalanofobia, y utilizar este tema dentro de las próximas campañas electorales.

No se trata de presumir sino de ser eficaz, y eso cuesta, todos lo sabemos. Porque en eso, como en la vida, el riesgo son los que si no puede presumir de sus éxitos, creen que no lo son y hay algunos que obsesionados para marcar "perfil”, lo único que consiguen es que les marquen goles.
Por eso, ha sido tan positivo que el Gobierno catalán en su conjunto haya optado por la negociación de la propuesta que el Gobierno de Zapatero presentó en una forma genérica antes que por la descalificación global, y que se introduzca en el camino de exigir que se concrete y cuantifique, más que por la senda de la respuesta altisonante, para después tener que continuar negociando "bajo la mesa" como hacía la mayoría nacionalista que nos ha gobernado durante 23 años.

Se trata de alcanzar un buen acuerdo, no de "sacar pecho". Que el PP y CiU lo hagan, y lo hagan con calificaciones y cuantificaciones exageradas, forma parte del ruido ambiental al que nos tendremos que acostumbrar y que no debería ni despistarnos ni estresarnos. Al fin y al cabo, si no hubiera acuerdo se aplanaría el camino para su retorno en el Gobierno que cada uno desea.

Por eso, aquello que resulta más difícil entender es por qué la ERC de Puigercós cae en esta estrategia y debilita al consejero Huget, que es su representante en el Gobierno para los temas de la negociación de la financiación.