El agua es incolora, inodora e insípida, pero su propiedad más destacable es la de incendiar pasiones. Haríamos bien si a nadie las alimentas. A lo largo de la historia, el agua ha sido, y todavía es, el origen de muchas confrontaciones y guerras, en todo el mundo, y también aquí.
Cubrir las necesidades básicas, el agua de boca, no es sólo una obligación bíblica - dar de beber en el sediento - sino un derecho social y por extensión, político. Solo con nombrar la posibilidad de que falte, o sea racionada, todo se tensa, la irracionalidad crece y el egoísmo y la insolidaridad se incrementan, tanto entre los que la tienen, como los que no.
Hoy, las reservas hídricas están casi al mínimo.
El avance de la denominada "nueva cultura del agua", basada, entre otros factores, en el ahorro y la reutilización, es útil, a la vez que insuficiente. No puede compensar la falta de lluvias, pero sirve para alejar el momento de las restricciones.
Por eso, todas las obras son necesarias. Las coyunturales y las estructurales. Las grandes y las pequeñas. Las nuevas infraestructuras de transporte en alta, la interconexión de las redes de suministro y la recuperación de pozos y canales. La contraposición, entre unas y otros, que hace a CiU se equivocada, por falsa. No hay una solución, hay soluciones. El trasvase del Ródano, para ser una solución ya tendría que estar hecho, o haciéndose. Pero como los que, ahora, lo exigen no lo hicieron, ni lo programaron, no se llegaría a tiempo para que aportara el agua que se necesita. Pero lo que es más importante, en ningún caso sería LA solución.
Si, como parece previsible, continúa la sequía todas las obras efectuadas y programadas por el Gobierno serán imprescindibles, hasta que entren funcionamiento las tres desaladoras (Tordera ampliada, El Prat y Cunit) y garanticen el suministro a partir del próximo año. Éstas son las obras estructurales que ya se están haciendo. Aunque no llegarán a tiempo.
Por eso, también hacen falta las actuaciones urgentes y temporales. Como la traída de agua en barco desde la desaladora de Almería, con poco rechazo social, o como la captación puntual de agua del Segre, ésta sí con polémica incluida.
Mes allá de la terminología concreta de sí es un trasvase, o no, lo fundamental es que esta actuación se plantea como urgente y temporal, no como estructural y definitiva. ¿En este contexto, defiende CiU que, en caso de necesidad, se le niegue el agua de boca al área metropolitana porque se ha captado del Segre? ¿Si el transporte del agua captada del Segre se hiciera con camiones cisternas sería un trasvase?
La sequía no necesita un diluvio de descalificaciones, sino de una distribución racional y equilibrada de un recurso escaso. El Gobierno tiene que aportar soluciones e información, y las aporta. Si conviene dar más información que la dé, si conviene dar más seguridades que las dé.
Quizás CiU, vuelva a pensar que contribuyendo al incremento de tensiones sociales y territoriales en torno al agua liderará a los "catalanes fastidiados". Aquéllos que el día 9 de Marzo le volvieron la espalda.
Creo que lo más probable es que si no ejerce la responsabilidad, sustituyendo la demagogia y el revanchismo, por la pedagogía política también entre los suyos, volverá a hacer visible su impotencia e incapacidad para ser una alternativa política.
A todo el mundo nos conviene evitar la confrontación territorial (agro-ciudad) y ayudar a enfriar las pasiones.
lunes, 24 de marzo de 2008
Incendiando las pasiones con el agua
miércoles, 19 de marzo de 2008
miércoles, 12 de marzo de 2008
Un primer balance
Estas elecciones nos enseñan que:
El soberanismo retrocede. Aquí y en Euskadi. El PNB, EA y ERC las tres fuerzas que han defendido con más rotundidad una opción independentista, con referéndum incluido, han retrocedido. EA no ha obtenido ni representación. Si ERC analiza su resultado como una falta de dosis de su medicina que todo lo cura, la independencia, y la incrementa, acabará intoxicada.
El nacionalismo moderado se ha mantenido o ha subido, es el caso de CiU, BNG o Nafarroa Bai. No obstante, lo de CiU es algo especial. Su mensaje electoral, el verbalizado y personificado por Duran Lleida, ha sido moderado, desde la perspectiva nacionalista, pero la coalición la conducen los soberanistas como Felip Puig o Oriol Pujol. Tienen que aclarar que serán de mayores.
Al PP sus grandes batallas no le han funcionado. Con sus duras posiciones sobre el trasvase, la lucha antiterrorista y la reforma de los estatutos territorial, han conseguido que el socialismo suba en Aragón, Euskadi y Cataluña, de una manera tan potente que rebasa los réditos obtenidos en Valencia y Murcia.
Al PSOE el discurso de Bono tampoco le ha servido. En la meseta, lo único que ha cambiado es Madrid, que ha visto cómo crecía el PP. La distancia entre socialistas y populares se ha mantenido intacta en las dos Castillas, Extremadura, Galicia, Cantabria y La Rioja, ya que el diputado que se elige de menos a Castilla-León y que pierde el PP, es lo que se elige de más a Castilla-La Mancha y que lo gana el PP.
En conclusión, no es la hora de más dosis de crispación o nacionalismo, sino de propuestas en positivo, de "pegarse al terreno" y ofrecer propuestas a la sociedad para acompañarla en sus cambios y aspiraciones. Se continuarán equivocando, y continuarán perdiendo, aquéllos que no entiendan el mensaje de estas elecciones.