viernes, 31 de octubre de 2008

Las cornadas de la crisis


Ya notamos como sus astas amenazan con penetrar en nuestras carnes, son las cornadas de la crisis.
La crisis financiera se está trasladando a la economía real y se nos hace patente. En una semana conoceremos dos resultados estadísticos negativos sobre la evolución del empleo y el paro, la EPA y el resultado mensual del registro de personas en desempleo.
Su gravedad no tiene que bloquearnos, ni tiene que impedir que los leamos con más detenimiento. Torear las crisis y evitar sus cornadas exigirá a los dirigentes templanza, rigor y serenidad y no pánico o aventurismo irresponsable. Sólo así podremos detectar que dentro de estos datos también hay otros mensajes.
Valga como ejemplo y en relación a la evolución del empleo y el paro, resaltar que en los últimos trimestres se ha destruido empleo joven y masculino, pero crece el empleo femenino lo que hace que por primera vez el desempleo femenino sea inferior al de los hombres. Es una situación nueva, sin precedentes, que vale la pena incorporar a la reflexión.
Lo mismo sucede con otros factores (tecnológicos, financieros, comerciales, etc..) que están detrás de la crisis. Sólo detectando que es lo que conviene cambiar de lo que se está haciendo ahora y que conviene recuperar de prácticas anteriores podremos recortar el tiempo de respuesta e incrementar la eficacia de la misma.
La actitud ante la crisis es tan importante como las medidas para afrontarla. Por eso el “adanaismo” que practican algunos, haciendo como si todo fuera nuevo y fuera la primera vez que sucede, no es la mejor actitud que se puede tener. Será difícil que las mismas actitudes que ha provocado la crisis sirvan para resolverla.
Esta crisis ha sido posible por el apogeo de unos valores donde la demora entre el esfuerzo y la recompensa, la responsabilización de las acciones o la prudencia ante el riesgo eran desdeñados y valorados como una pérdida de oportunidades
, con su abandono se ha renunciado o dificultado la construcción de una economía generadora de riqueza y una sociedad con un reparto justo de la misma, donde el egoísmo individual esté sometido al afán del progreso colectivo.
No es de extrañar que sea cierta esta historia en la cual una gran entidad financiera catalana ha retrasado la prejubilación de uno de suyos altos directivos, porque quieren retener su experiencia y capacidad de relativizarla sin despreciarla, pues ya vivió crisis anteriores, y los directivos reclutados y formados durante los 14 años de bonanza económica, no.
Al fin y al cabo de esta crisis, y de las que vendrán, como siempre se saldrá trabajando, pero también si se recuperan los valores que se han despreciado, porque ello supondrá cortar la raíz del problema.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Legítima y equivocada



Oponerse a los presupuestos, como hace CiU, puede ser una opción legítima, pero, seguro, es equivocada.
Ni ellos, ni a quienes quieren representar, no se pueden permitir el lujo de dilapidar así su capacidad de influir, porque con esta postura se transforman en una opción marginal, es decir, situada en los márgenes.
El PP ocupa y copa todo el espacio reservado a la oposición al Gobierno de España, porque es el papel que le han dado los ciudadanos mediante las urnas. En este escenario, CiU queda desbancada y no puede destacar. Su papel crece si alcanza acuerdos, no si opone. ¡El Presidente Pujol debería explicárselo!
Con su negativa a rentabilizar sus diputados sólo ha conseguido sumar sus votos al PP y que sean sus socios nacionalistas en Galeuscat, PNV y BNG, quienes obtengan contrapartidas. Es decir, han hecho un negocio ruinoso.
Los presupuestos del próximo año no son fáciles. Deben servir para afrontar una dura situación económica en la que, una vez se haya superado la actual crisis financiera, continuará siendo necesario perseverar en el esfuerzo para cambiar nuestra economía real, transformándose en una generadora de productos y servicios con más valor añadido que sirvan para crear más y mejor empleo.
Los grandes números del presupuesto van en esta dirección. Cuando recortan el gasto corriente no imprescindible, incrementan la inversión en I+D+i, fomentan la creación de infraestructuras y mantienen los compromisos sociales, estando yendo por el buen camino. Además ya incluyen el compromiso de inversiones con Cataluña, haciendo que las previsiones de inversiones del Estado en Cataluña sean las más grandes de la historia. Eso sí, queda pendiente, que los resultados de la negociación sobre financiación estén incorporados.
Ahora bien, ¿el rechazo a los presupuestos, que ha propuesto CiU, nos ayuda o nos perjudica? Es evidente que nos perjudica, lo retrasa todo. Retrasaría las actuaciones que se desprenden del presupuesto para hacer frente a los efectos de la crisis económica pero, además, también aplazaría en el tiempo las inversiones y la financiación que Cataluña necesita.
Duran Lleida - que con su Congreso ha querido ofrecer una imagen más centrada de la coalición, lo sabía y por eso ofreció negociar, pero otra vez ha perdido la batalla interna, la radicalización de Mas y del “núcleo duro” se lo ha impedido.
Últimamente estamos asistiendo de forma reiterada a una estrategia donde sus ansias por debilitar el Presidente Montilla, rebasan con creces la serenidad y responsabilidad que les es exigible y también la inteligencia (finezza) política. ¿No se ha dado cuenta que abanderado una postura de oposición, lo que conseguirán es lo contrario que buscan? La gente ve que el Presidente Montilla, y los socialistas catalanes detrás suyo, son los únicos que está batallando, hasta el final, por la justa financiación que necesita Cataluña. Lo hacen sin ceder en lo fundamental y también sin levantarse de la silla o haciendo “saltitos” exhibicionistas.
Aquí y ahora, no se trata de ganar titulares, o fotos, se trata de alcanzar un buen acuerdo.
Ante esto, sólo cabe decir que la postura de CiU es legítima, pero equivocada.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Al rescate


Todo el mundo está de acuerdo: ¡Hace falta acudir al rescate del sistema financiero y generar confianza! Un intangible imprescindible para evitar que el temor se transforme en pánico y éste en desesperación.
Esta semana pasada hemos podido comprobar que necesitamos más Europa y no menos. Ésta es una de las lecciones que podemos extraer de este proceso para elaborar medidas de rescate globales y conjuntas. Sólo con la colaboración y cooperación supranacional se pueden generar actuaciones públicas con la potencia necesaria para hacer frente a una crisis financiera de dimensiones internacionales.
Que las medidas vayan en el mismo sentido no comporta que se tengan que aplicar idénticamente. Los acuerdos establecían que cada país las tenía que adaptar a su situación y a la de sus entidades financieras, pues no todas son iguales, unas tienen graves agujeros patrimoniales y otras, como las españolas, son sólidas pero los falta liquidez.
Con cada tipo de medida se busca un objetivo específico. Con las nacionalizaciones o la compra de acciones de bancos y la compra de sus activos tóxicos, se trata de evitar la bancarrota de aquellos que acumulan pérdidas. Con el incremento de las garantías en los depósitos personales se busca evitar desbandadas que, en primer lugar, les perjudicarían a ellos. Y con los avales o líneas de crédito oficiales superar la desconfianza entre los bancos, que hace que no se presten dinero entre ellos.
No obstante, en el momento de aplicar las medidas, se observa la siguiente paradoja: contra menos controlaban los gobiernos antes más tienen que intervenir ahora. Es decir, los más liberales se tienen que volver más intervencionistas.
La crisis financiera internacional está afectando a la economía real y al empleo, al frenar en seco la concesión de créditos a empresas y personas para que puedan llevar a cabo sus proyectos viables y solventes.
La situación es grave, por eso requiere la actuación de los poderes públicos de forma concertada. El gobierno de Zapatero estuvo en el acuerdo de los países de la zona euro y asumió la parte de la responsabilidad que le correspondía en la búsqueda de la salida, lástima que esta actitud de responsabilidad no haya disfrutado del apoyo de la oposición de derechas española.
En España se ha optado por concederles crédito a las entidades financieras
, en el doble sentido, financiero y de confianza. No se los da nada, se les presta. Tendrán que devolverlos con intereses. Aquí, ni se socializan las pérdidas bancos, ni se compran activos tóxicos. Y eso para porque, de esa manera se hace posible que abren el crédito y la economía real no se resienta más.
Aquello que cuesta más de entender es que todo eso sea criticado y descalificado haciendo demagogia barata, como cuando se dice que "es un plan por salvar a los banqueros y que olvida a las empresas y las personas". Parece increíble que la derecha de este país, el PP, se dedique a propagar desazón, alarmas y dudas sobre nuestra economía por intereses electorales sabiendo que con eso contribuyen a la propagación de la desconfianza. Y finalmente, resulta inaceptable que, además, todo eso lo hagan sin dar ni una sola alternativa.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Desintoxicarse


¡Desintoxicar el sistema financiero! En esencia, eso es lo que busca el Plan de la Administración Bush creando una agencia pública que se sea hecho cargo de los llamados activos tóxicos, que irresponsablemente algunos han puesto en circulación.
La terminología utilizada no deja de ser sugerente y representativa del que está pasando.
Como sucede con las sustancias que generan dependencia y las conductas adictivas, mientras está bajo su influencia se vive en la euforia y la despreocupación, pero la fiesta acaba y aparecen los efectos negativos: se han dañado partes del cuerpo y destruido la autoestima. La bancarrota de entidades y la desconfianza generalizada hacia el sistema financiero son la resaca de este exceso tóxico que está sufriendo.
Ahora toca desintoxicarse.
Todo proceso de desintoxicación viene acompañado de su "síndrome de abstinencia". Acostumbra a ser un proceso muy duro donde la persona adicta mediante su esfuerzo y sacrificio intenta recuperar su voluntad. Para eso tiene que abandonar las prácticas hedonistas y despreocupadas anteriores, asumir nuevas normas y hábitos de conducta y recuperar valores como el trabajo o la resistencia a la frustración, como pautas para reconstruir su autoestima. Si no lo supera, recae.
Las alegrías financieras e inmobiliarias de carácter especulativo de estos últimos años han corroído el sistema e impregnados a la sociedad de sus valores. Los valores de la especulación se han impuesto a los de la producción.
Nos tenemos que desintoxicar de este modelo basado en el beneficio rápido, la exaltación del individualismo, la no aceptación de las normas, autoridades o del interés común y retornar a otro donde la producción de bienes y servicios, la planificación y la inversión para obtener beneficios racionales a medio plazo, junto al equilibrio entre riesgo y prudencia, recuperen el protagonismo
.
Ésta situación no sólo es aplicable al sistema económico y productivo sino también a los valores dominantes en la sociedad. Eso significa que tenemos que hacer que el esfuerzo, la coherencia, la constancia, es decir los valores que se derivan del mundo del trabajo, vuelvan a ser valores aceptados y no actitudes despreciadas en comparación con las de los aprovechados que vampirizan al resto.
Resulta difícil de entender la desazón de Mas, cuándo el Presidente Montilla los reivindica como camino y objetivo para salir de la crisis. El hecho de que el expresidente Pujol, firme defensor del modelo social conformado en la escuela del capitalismo renano, también coincida en el carácter positivo y útil de los mismos, no quiere decir que fueran de su cosecha o usufructo exclusivo, pero lo más contradictorio es que lo haga el máximo representante de una fuerza, como CiU, que ha aplaudido y dado apoyo a las prácticas financieras especulativas, como expresión de la modernidad.
La sociedad en su conjunto pagará y sufrirá la desintoxicación y tenemos que hacer que esta carga tenga una distribución equitativa y que la mayor parte de la carga no la tengan que soportar los más débiles. No obstante, es innegable que arreglar los efectos de esta orgía tendrá un coste. Ahora bien, si finalmente todo el mundo se tiene que arremangar para arreglarlo parece evidente que se puede y se tiene que exigir que se creen las normas y las autoridades públicas que sirvan para prevenir una recaída y también responsabilidades para que aquéllos que se hayan aprovechado, además a mes, no salgan con "los riñones bien cubiertos".

miércoles, 1 de octubre de 2008

Hacen bien


Hace bien CiU cuando retira su ultimátum del 30 de septiembre como fecha final para determinar los mínimos que el Gobierno puede acordar en la negociación de la financiación.
Hace bien el Gobierno, ofreciéndole un puente de plata a CiU en su marcha atrás. Cuando se busca un acuerdo con otro, no una victoria sobre el otro, es conveniente no arrinconarlo, ni humillarlo. En suma, hay que ofrecerle la posibilidad de que pueda presentarse delante de los suyos dignamente.
Hicieron bien, Gobierno y CiU, la semana pasada al darse un tiempo y un entorno, como el de las conclusiones del debate en el Parlamento sobre política general (inicio formal del curso político), para tratar de alcanzar una posición conjunta que refuerce los negociadores catalanes en la negociación.
Está claro que el Gobierno no aceptó la estrategia de negociar a golpe de ultimátum, aquí y allí. No porque fuera la propuesta de CiU, sino porque era incorrecta. Con estos planteamientos tan rígidos y altisonantes, "aunque den bien en la Tele", sólo se consiguen desacuerdos o cesiones.
El Presidente Montilla hace bien buscando un buen acuerdo de financiación y no una foto. Por eso, en lugar de amenazar con romper la unidad, trabaja para rehacerla. Lima tensiones en lugar de provocarlas. Eso sí, todo eso lo hace desde la firmeza de sus planteamientos. La "marca de la casa" se aplica: eficacia y prudencia antes que efectismo y radicalismo.
La situación no es fácil, si Artur Mas sigue haciendo prevalecer sus intereses partidarios a los del país, cómo parece que así lo quiere el “pinyol” que lo rodea, y bloquea un posible acuerdo, producirá frustración y desasosiego, aquí, entre aquéllos que esperan que la financiación sirva para la mejora de los servicios públicos que reciben y más en tiempo de crisis.
A la vez que potenciará la incomprensión y la desconfianza, allí, que no entenderán el mensaje que eso supone, con todo eso sólo conseguirá favorecer la incomprensión y animar, otra vez, la aparición de la catalanofòbia, a la que no serán ajenos aquéllos mismos que la propagaron cuando se debatía el Estatuto, ahora hace 3 años.
Esperemos que continúen haciéndolo bien y que en el debate parlamentario no prevalezca el ansia fotográfica sobre el interés colectivo y se consigan las bases de un buen acuerdo, que sea posible allí.