miércoles, 31 de diciembre de 2008

¿Quién teme el acuerdo?


En la recta final de la negociación del sistema de financiación autonómica, surgen los miedos de aquéllos que hicieron del desacuerdo su estrategia. Y con ellas, las gesticulaciones exageradas y las argumentaciones irracionales de los nacionalistas catalanes y españoles, CiU y PP.

No es que todo esté resuelto, todavía queda un tiempo y un proceso hasta alcanzar el acuerdo. No obstante, parece evidente que el presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, haya reconocido que la propuesta de nuevo modelo del sistema de financiación autonómica responde al impulso de las propuestas catalanas, permite dibujar un escenario más positivo que hasta ahora, a pesar de eso CiU lo valora como negativo, porque no es singular

Ninguna de las dos cosas no es nueva, ni el impulso catalán, ni la generalización del modelo. El modelo autonómico español - no solo el sistema de financiación - siempre ha tomado como referencia y objetivo las necesidades, reivindicaciones y soluciones generadas a Cataluña.

La inteligencia política siempre aconsejó que las propuestas catalanas fueran generalizables en el resto de autonomías de régimen común para que fueran posibles. Para alcanzar lo que se buscaba no era un problema que el resto también lo pudiera alcanzar, si lo quería, más bien al contrario.

Así lo entendió y lo practicó CiU cuándo gobernaba. Así lo intentó practicar Artur Mas, cuando creía que gobernaría, al sumarse a un Estatuto que contiene un modelo de financiación generalizable. Si ahora no lo hace, es porque no gobierna.

Apostó por el fracaso de las negociaciones, creyéndolo un atajo para volver al Gobierno, en lugar de rentabilizar su aportación al Estatuto. Optó por vertebrar la frustración, el enfado y el fracaso colectivo, en lugar de encabezar las soluciones. Y ahora teme que haya acuerdo.

Si finalmente los esfuerzos del Presidente Montilla por alcanzar una financiación justa fructifican, CiU perderá uno de los dos pilares sobre los que ha hecho descansar su oposición, y entonces ya sólo le quedará confiarse a una sentencia profundamente negativa del Constitucional sobre el Estatuto.

En eso también, coincide con el PP

Ni la crisis económica le sirve, porque fruto de su obsesión identitaria, ni tan solo se ha preocupado por formular propuestas que sirvan y atiendan las necesidades económicas y sociales de las personas, empresas y territorios que conforman Cataluña. ¿Alguien recuerda una propuesta mínimamente sería y potente de CiU para hacer frente a la crisis?.

Por contra y desde el principio, el Presidente Montilla asumió que nos encontrábamos ante una grave situación de crisis económica, que requería toda la atención del Gobierno que preside para no dejar solas a las personas que viven en Cataluña. Así lo ha hecho.

Sin hacer falsas promesas, señalando su gravedad, llamando al esfuerzo inteligente y la solidaridad para salir, dando la cara, yendo hasta donde sea necesario para encontrar salidas posibles, predicando con el ejemplo de la austeridad y destinando el máximo de recursos públicos a dos objetivos: activar la economía productiva y atender a las personas, ha articulado una respuesta a la difícil situación que vivimos.

Con estas mismas herramientas es con las que está liderando la negociación de la financiación, por eso es fácil pensar que también nos saldremos en este tema.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Yo café, tú achicoria


"Yo café, tú achicoria", éste parece ser el posicionamiento de todos aquéllos que hablan desde fuera del proceso de financiación autonómica.

Ni a CiU, ni al PP, que se dedicaron a criminalizar el Estatuto en toda España, no les cabe en la cabeza que sea posible alcanzar un acuerdo partiendo de lo que se buscaba con él, recuperar la equidad perdida y no privilegios.

Como siempre los inefables "profetas" de CiU, ya pronosticaron antes de la reunión de los presidentes gobiernos de España y Cataluña, Zapatero y Montilla, que "Montilla se doblegará ante los criterios del PSOE y acordará el café para todos".

¡Ni una!!, cómo dice el chiste: ¡"no han acertado ni una!" de sus profecías.


. Todavía no se ha alcanzado un acuerdo, aunque se está más cerca.
. El Presidente ha dejado claro que la condición para alcanzarlo es que se cumpla el modelo de financiación que prevé el Estatuto.

O lo que se lo mismo, que trabaja, y trabajará, hasta el final para alcanzar el acuerdo, no para levantarse. Y que este acuerdo de financiación tiene que suponer: el cálculo de recursos partiendo de la población real, más participación en los impuestos que pagan los ciudadanos (IVA, IRPF, etc..) y que los servicios básicos (salud, educación y servicios sociales) sean iguales para todos los españoles.

El Presidente Montilla, como no puede ser de otra manera por el lugar que ocupa y la responsabilidad que le han conferido los ciudadanos, defiende un acuerdo justo para con las personas que representa y con sus necesidades.

Eso es compatible con un acuerdo que, como siempre, puede ser generalizable en el resto de comunidades autónomas de régimen común, si éstas lo quieren. Y parece que la mayoría sí lo aceptan. Ésta es la manera de hacer compatible la bilateralidad y la multilateralidad que tan nerviosos pone a los nacionalistas españoles y catalanes, por razones contrapuestas.

Y así vemos cómo el PP pone el grito en el cielo, aunque el método sea el que practicaron cuando gobernaban y CiU se rasga las vestiduras porque se reproduce lo que protagonizaron durante 23 años.

El viejo sonsonete del "café para todos", para intentar desprestigiar el resultados de la reforma del proceso de negociación del sistema de financiación autonómica esconde la inconfesable idea del "yo café y el resto achicoria" (conocido sucedáneo del café).

Artur Mas no puede aceptar que el resto asuma lo que Cataluña acordó con el Estado en el Estatuto, porque entonces ya no es bueno. Él no busca lo que es bueno para Cataluña, sino la diferencia o la imposición en el resto.

Y el PP tampoco, porque si no reconocería que su contribución a la generación de un clima hostil en Cataluña fue una actitud irresponsable y equivocada, y que sí existe otra forma de atender las diferentes posiciones.

Por este camino, ni se rompe España, ni nos vamos, se continúa construyendo un país cada vez más federal. Y ahí es donde les duele. Por eso llevan tan mal que los otros presidentes autonómicos se reúnan con Zapatero.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Una buena señal


Bien!!!! Muy bien!!!

El Parlamento Europeo ha rechazado por mayoría absoluta la prolongación de la jornada máxima a las 65 horas, que contemplaba la directiva sobre el tiempo de trabajo.

Una decisión como esta ayuda a mantener la confianza con las instituciones europeas. Y ESO ES MUY IMPORTANTE.

Porque, ahora más que nunca, nos hace falta más Europa y no menos.

Con decisiones como ésta sus instituciones se acercan a sus ciudadanos, a lo que quieren y necesitan, que la construcción de Europa se haga sin perder al modelo social y económico que la caracteriza.

Esta directiva era un torpedo en la línea de flotación de la negociación colectiva, entendida como el mecanismo para gestionar de forma racional el conflicto social, las diferencias de intereses. Éste era el mayor riesgo que suponía, pues, permitía aplicar la ampliación de la jornada por encima de los convenios si individualmente un trabajador lo aceptaba

La individualización de las condiciones laborales que la impulsaba era hija y extensión de los ánimos liberalizadores y desreguladores que nos han llevado hasta la situación de crisis financiera que hoy está afectando a la economía real.

Lo más curioso del tema se que todos éste gurús del liberalismo, que no de la libertad, que ahora exigen intervencionismo público para que los salven del agujero que han construido, cuando se trata de las relaciones laborales no han cambiado su discurso, siguen defendido que la mejor regulación es la que no se hace, aunque la que haya esté hecha por las partes.

Son intervencionistas para prohibir la libertad colectiva de acordar.

¿Como si fuera posible que nos saliéramos del agujero sin que haya una acción acordada entre empresarios y trabajadores para aplicar aquello que se pacte? ¿Alguien cree que sin pacto será posible imponer alguna medida?

Si se hubiera dinamitado el papel y la función de la negociación colectiva, como se pretendía, en nombre de la libertad individual para aceptar unas peores condiciones laborales, ¿Quién sería capaz de generar certezas?.

Teníamos un riesgo y lo hemos superado. Muy bien, ahora conviene continuar trabajando para que la Europa política continúe transformándose en lo que necesitan sus ciudadanos: una estructura política, democrática y global, que participe en la gobernación de un mundo globalizado, con la sensibilidad social de poner la economía al servicio de las personas y no al revés.

Siguiendo el guión


El PSC ha decidido evitar el veto a los presupuestos generales del Estado (PGE). No podía ser de ninguna otra manera, no ha estado ninguna sorpresa, ha seguido el guión.

Hace meses que estaba escrito y se ha desarrollado de forma inexorable. Todos los partidos catalanes, CiU, ERC, PP e ICV se opusieron desde el principio al proyecto de presupuestos. Todos excepto el PSC, claro.

Desde el principio se dibujaron las estrategias con claridad. En un primer momento la oposición a los presupuestos se presentaba como el mecanismo para conseguir que el PSOE pactara con cada uno de ellos, sólo hay que recordar las declaraciones (imprecaciones) de Duran Lleida. Después mantuvieron la posición para ganar puntos aquí, en Cataluña, no para que ganes Cataluña, como decían.

Era un juego político que salía gratis porque no tenía consecuencias prácticas, pues una vez que el PSOE alcanzó un acuerdo con los nacionalistas vascos y gallegos y sabiendo que con el apoyo de los 25 diputados del PSC se aseguraba la mayoría necesaria para aprobar los presupuestos, lo fundamental estaba asegurado. Es decir, se evitaba la prorroga presupuestaría y se conseguía la financiación de las medidas anticrisis económica y los 4.626 millones de euros para las inversiones en Cataluña, que da cumplimiento a la adicional tercera del Estatuto, no peligraban.

El máximo esperpento llegó con el veto de ERC en el Senado. Si prosperaba hacía inútiles todas las mejoras que habían pactado previamente, pero en lugar de retirarlo y "para que no dijeran" ... lo sometió a votación. A pesar de que intentaron que no saliera, prosperó gracias al apoyo que le dio el PP.

Fue una votación contradictoria, pero útil. Contradictoria porque mientras votaba con ERC le recriminaba duramente los equivocados excesos verbales de Joan Tardá.

Y útil, para ellos, porque con el veto colocaba a los socialistas catalanes ante un duro dilema. Si decidían no apoyar los presupuestos, se fomentaría el peor escenario posible, crecería la inestabilidad política en unos tiempos de crisis económica y se perderían las inversiones que Cataluña precisa. Y además la pérdida de una mayoría al Congreso favorecería una carambola inesperada que podría acabar en una crisis del Gobierno Zapatero y elecciones anticipadas.

Y si los apoyaba, entonces se presentaría su posición como contraria a Cataluña y de sumisión.

Ha pasado lo previsible, el PSC se ha decantado por evitar el peor escenario y ejercer otra vez la responsabilidad en solitario y dar su apoyo a los presupuestos. El resto, siguiendo el guión, le critica por eso. Ahora sólo queda por ver qué actitud premia la ciudadanía, si la responsabilidad o el efectismo estéril.

En todo caso ejercer la responsabilidad, no siempre es fácil y más cuando se está a la espera de alcanzar, en breve, un acuerdo justo sobre la financiación y no todas las actitudes de los interlocutores ayudan a prever un final, en tiempo y forma. Por eso no es de extrañar que al tiempo que se trabaja para el acuerdo y se da un nuevo voto de confianza, se mantenga una actitud de firmeza y exigencia para asegurar que llegaremos a buen puerto.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Pensar con libertad


"Nos permitió hablar y pensar con libertad", éste frase me parece perfecta para definir la democracia y lo que supuso su recuperación con la Constitución Española. No es la síntesis final de la elucubración de un reconocido pensador, filósofo o político sino la expresión del sentimiento de una persona. De profesión: pastor de ovejas.

Es verdad, eso es la democracia, la creación de una sociedad donde sus miembros no sólo tengan derecho a hablar con libertad, sino, y lo que es más importante, a pensar con libertad.

Sí, no he invertido los términos. Habitualmente, identificamos la democracia con la libertad de expresión y hemos sobreentendido que nuestra mente y su producto, el pensamiento, estaban a resguardo de aquéllos que querían controlarlo todo, imponiéndonos su brutal simplificación mediante la fuerza de las instituciones que controlaban o de las armas.

Con su claridad, este pastor, me hizo pensar que realmente la libertad no se alcanza hasta que uno no tiene la sensación de que puede pensar con libertad y que no existe otra limitación más que aquélla - que todo el mundo debemos asumir – de no limitar la libertad de los otros.

La libertad de expresión se puede garantizar formalmente, pero la de pensamiento es mucho más íntima y personal, por eso es mucho más difícil de alcanzar, consolidar y respetar. Es una flor delicada que necesita de un entorno favorable para surgir con toda su fuerza y reactividad. Necesita, para arraigar y crecer, un clima de respeto hacia las personas, sus ideas y su pacífica defensa, y la estropean todos los miedos, la censura y la autocensura que crece en los entornos de presión y opresión.

Sentirse libre, genera libertad, y sentirse limitado, la cercena. Por eso, desde siempre, el género humano ha querido superar sus limitaciones, incluidas las barreras físicas que configuran la orografía del lugar donde viven o nacieron. Las vías de comunicación físicas, por tierra (viarias o ferroviarias), mar y aire son los puentes por los que circulan las personas, al unísono, con las ideas que portan en su interior. Ahora, habría que añadirle las vías telemáticas.

Aquéllos que no creen en la libertad siempre se han opuesto a la libre circulación de personas e ideas, conscientes que cuando se abre una carretera, una autopista, un ferrocarril, un tren de alta velocidad, una ruta aérea o una conexión en la red, se abre una gran conducción por la que entra un aire fresco, renovador de todo aquello que ellos querrían cerrado y estancado hasta la putrefacción total.

Quizás ese pastor no era consciente, o quizás sí, pero con su frase daba las claves para entender que intentaba matar a ETA, cuando asesinaba al constructor Ignacio Uria. Quería matar la posibilidad de que se piense con libertad.

¡¡No los dejemos que salgan con la suya!!!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Decantar la balanza


El mapa político catalán no se mueve, o al menos eso parecería desprenderse de las encuestas que públicas o privadas.

En el ecuador de la legislatura continúa el equilibrio entre las dos de tendencias mayoritarias, las de centroderecha y la de las izquierdas catalanas, que ha caracterizado las tres últimas legislaturas. Y que han liderado CiU y el PSC, respectivamente.

El inmovilismo de ese mapa político no es el resultado de la falta de actividad. Es la resultante de una similitud entre las fuerzas contrapuestas, que todavía no ha decantado la balanza con claridad hacia una opción.

En estos momentos las dificultades a superar son más que evidentes, tanto en lo político, con la negociación del sistema de financiación, como en la económico y social, con la crisis y sus consecuencias.

Sin duda, esos son los temas fundamentales, junto con la sentencia que acabe emitiendo el Tribunal Constitucional en relación con el Estatuto de Autonomía de Catalunya, que condicionaran la segunda parte de la legislatura. La forma como los aborden y conduzcan gobierno y oposición decantaran la balanza de la próxima confrontación electoral.

Y ahí es donde las encuestas y la observación de la realidad reflejan diferencias substanciales entre unos y otros.

Por un lado, el President Montilla aparece como muy consolidado. Prometió y se comprometió a dar estabilidad al Gobierno y a gobernar con seriedad, rigor y atención hacia las personas, y lo ha conseguido.

Dos años al frente del ejecutivo catalán le han reportado prestigio y confianza entre la gente y los sectores sociales y económicos del país, porque le han visto como un presidente que no esconde, ni se esconde de los problemas, que da la cara, que de forma incansable y serena busca soluciones.

Y frente a él, un líder de la oposición al que sus colaboradores más próximos, su pinyol, lo empujan continuamente a radicalizar más su discurso.

La estrategia de intentar sacar partido de los problemas económicos, en lugar de proponer soluciones u oponerse a la oferta de apoyar una respuesta de unidad civil si el Estatut fuera cercenado drásticamente, y sustituirlo por el soporte a un problemático referéndum, aparte de ser un error puede deteriorar sus expectativas. Hasta el President Pujol ha tenido que recordárselo.

No obstante, son libres de equivocarse cuanto quieran, porque, finalmente, será la gente y la percepción que tengan de cada actitud la que decantara la balanza.