miércoles, 2 de julio de 2008

A escena!!






El CIS ha establecido que la primera preocupación de la ciudadanía es la situación económica y el desempleo. Así pues, la discusión sobre la existencia, o no de crisis, es sobrera y ahora ocupa todo el escenario el cómo hacer frente a la realidad y a su percepción, que no siempre son coincidentes.
¡Es la hora de hablar de las soluciones, de que salgan a escena!
Negar la existencia de problemas, no sirve de nada. Crear alarma, mucho menos. Se necesita que la diagnosis sea ajustada, la respuesta proporcional y la ejecución concorde. Ni excesos brutales, ni omisiones: mesura y equilibrio.
Hoy, nuestra preocupante situación económica es el resultado de dos tipos de factores, unos externos y otros no.
Los primeros (crisis financiera o incremento de las materias primas) tienen una dimensión que supera el ámbito de actuación del gobierno español. Eso no sirve de excusa para la inactividad, sino que explica la dimensión de las medidas que se pueden emprender. Para atender los efectos sobre personas y empresas, se han articulado actuaciones paliativas, de carácter fiscal y financiero o sectorial. Eso está bien.
Ahora bien lo paliativo, aunque urgente y necesario, no puede impedir ver y hacer lo importante.
Estamos ante el enunciado agotamiento de un modelo de crecimiento basado en el "ladrillo" y el consumo interno. Retornar a una senda de crecimiento, esta vez más sana, requiere actuaciones a medio y largo plazo que profundicen en los cambios iniciados, en la anterior legislatura.
Actuaciones que no son actores secundarios de esta tragicomedia, sino protagonistas estelares del futuro.
Ayudar a personas y empresas a mejorar la forma y el contenido de la producción de bienes y servicios con más calidad y valor, a formarse a lo largo de toda su vida o dotarnos de las infraestructuras físicas (viales, ferroviarias, portuarias y aeroportuaries) de suministros básicos (agua o electricidad) o del conocimiento (parques o centros tecnológicos), aunque sus efectos se demoren en el tiempo, son acones que no nos puden ser obviadas.
Quizás no sean reclamadas por el gran público, pero éstas son las soluciones duraderas. El Gobierno las está haciendo salir a escena, aunque algunos estén obsesionados - o interesados - por la inmediatez, o aquello que es peor, por convencernos que sólo una parte de la sociedad, la más débil, tiene que pagar las soluciones con recortes sociales y pérdida de derechos.
El compromiso de atender a los más débiles, en esta situación económica, no es una afirmación gratuita. Precisamente es lo que diferencia a la izquierda de la derecha en el momento de abordar la salida durante las crisis económicas.

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