Una dentro de la otra, como en una “matrioska” (el juego de las muñecas rusas), así están el sistema de financiación del Estatut y la Ley Orgánica de Financiación de la Comunidades Autónomas (LOFCA).
¡No es de extrañar!, las dos leyes orgánicas han sido aprobadas por las mismas Cortes Generales.
A pesar de ello, las dos fuerzas nacionalistas más grandes de Espanya (CiU i PP) que han votado al unísono en contra se justifican en base a la misma idea.
Las dos fuerzas, aunque por motivos aparentemente contrapuestos, defienden que una de las leyes no debería contenerse en la otra, sino que debería someterla a su supremacía, como eso no ha sucedido, se escudan en ello para rechazar la nueva ley de financiación de las autonomías.
CiU hace como que defiende que el Estatut debería estar por encima de la LOFCA y el PP hace como que sostiene que las leyes estatales deben estar por encima de las autonómicas, olvidando que las dos son leyes orgánicas. ¿Tanto les costaría reconocer que las cosas no son, ni debe ser, así?
Ambos deberían esforzarse en no anteponer sus intereses partidarios a la ciudadanía y colaborar más en resolver problemas que no en crearlos, pero han decidió que su única opción es votar juntos para debilitar a los gobiernos en los que participan los socialistas, con el único objetivo de volver cada uno a “su gobierno natural”. El PP al del Espanya y CiU al de Catalunya. Por eso, Artur Mas no rechaza pactar con el PP, si procede o le es necesario.
Volviendo al tema de las leyes, la nueva LOFCA está dentro del Estatut, porque contiene todos los criterios que en su día apoyó CiU, cuando pensaba que sería ella quien los concretaría con el Gobierno central. Y el Estatut está dentro de la LOFCA porque el modelo de financiación de Catalunya ya se pensó y diseñó, para que fuera generalizable y aceptado por el resto de la Comunidades. Tanto es así que ha sido aceptado en las Comunidades que gobierna el PP.
Con esa Ley se ha dado eficacia y seguridad jurídica al modelo y las cuantías que negociaron el pasado julio los presidentes Montilla y Zapatero, que se fraguó de forma bilateral –eso molesta al PP -, se concretó de forma multilateral - eso molesta a CiU - y ha acabado como ley orgánica. ¡Todo según el guión previsto!
A la vez ha ayudado, indirectamente a los magistrados del TC a resolver una de sus cuitas. Si el modelo de financiación del Estatut cabe en una ley orgánica sobre financiación autonómica y viceversa, que motivo hay para negar la constitucionalidad. Lo mismo ocurre con el título de la justicia catalán que contiene el Estatut, que fija modelo pero se traslada su concreción a que se establezca la correspondiente ley orgánica sectorial.
Si siguen así, las Cortes Generales le harán la sentencia, porque les demostraran que es posible, legal, constitucional y positivo poner una ley dentro de la otra, sin que una esté por encima de la otra.
Sólo desde concepciones reduccionista y excluyentes se puede sostener y contraponer éste Estatut a ésta LOFCA, por el contrario, desde una perspectiva incluyente, que atienda y entienda la pluralidad de sensibilidades, es decir federal, se observa posible y positivo que la una esté dentro de la otra.
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