Lo que está sucediendo después de las elecciones, explica el resultado de las mismas y no al revés.
Se tiende a considerar que las elecciones constituyen una ruptura en la línea de continuidad de las organizaciones políticas que se presentan, que las fuerzas políticas escuchan el veredicto de las urnas y modifican su actuación, teniéndolo en consideración. Eso no es así, casi nunca.
Lo más habitual es responder, al progreso o retroceso electoral, de la misma manera y con la misma percepción global, que se tenía y mantenía unos días antes de la confrontación electoral.
Por eso, observando las respuestas, las valoraciones y las actuaciones que empiezan a dar, a cada una de ellas, se pueden entrever las razones que las han conducido a su resultado.
Mientras todo el mundo sólo se preocupaba de lo suyo, el PSC se preocupa por todo el mundo. !No es generosidad, es inteligencia!. Después de obtener el apoyo de más de 1.600.000 personas, los socialistas hemos empezado a asumir nuestra responsabilidad como fuerza mayoritaria de Cataluña y rápidamente nos hemos aplicado a gestionar los intereses de la ciudadanía, más que los del partido.
"Priorizamos transferencias a ministerios, queremos encarar el tema de la financiación" ha dicho, en los medios de comunicación y en el Comité Federal, el Presidente José Montilla. Consciente de que es por eso por lo que nos ha votado a la gente y por lo que nos juzgarán y también porque si lo conseguimos el premio será que continuaremos siendo, para los ciudadanos de Cataluña, su mejor opción política para representarlos y defenderlos.
Al contrario, CiU, después de perder 60.000 votos, propone encerrarse en su casa grande del catalanismo y lanza opas a los votantes de una ERC que, buscando la independencia, ha perdido más de 300.000 apoyos. La desorientación del nacionalismo catalán, es hoy más gran que nunca.
Unos y otros, además de su inestabilidad interna, sólo están ofreciendo preocuparse de un imaginario que no es el de la mayoría. Unos, los de derechas, querían vertebrar el mal humor,, la decepción y el supuesto cabreo de la gente (el català emprenyat), sin darse cuenta que con actitudes negativas no se avanza y que ese estado de ánimo era más el suyo que el de la gente. Los otros, los nacionalistas de izquierdas, se han continuado creyendo que, como en el cuento de la lechera, sólo podían que continuar subiendo, sin darse cuenta que el independentismo, renombrado como soberanismo, sólo crece entre los más próximos con ellos y la gente no está para aventuras.
Al PPC le ha sucedido lo mismo, ha intentado poner encima de la mesa lo que eran sus preocupaciones y percepciones negativas, esperando desanimar a la gente con un discurso negativo y negatorio. Todo va mal y a todo decían que NO. Pero no han conseguido que sus propuestas sean apreciadas como soluciones y, además, continuando siendo visto como un problema.
ICV-EUiA, ha descubierto, ahora, que su mensaje no conecta con los trabajadores y las clases populares del área metropolitana de Barcelona, que su discurso forzadamente escorado hacia el ecologismo y la crítica de los socialistas, presentándonos como algo contrario a lo que somos y representamos, no conecta con la gente.
Lo inteligente era ser generosos y preocuparse por los problemas de todo el mundo. Sin embargo, mucho me temo, que continuarán pensando en los suyos, que precisamente eso es lo que los ha conducido hasta donde están.
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