miércoles, 12 de marzo de 2008

Un primer balance



Estas elecciones nos enseñan que:

El soberanismo retrocede. Aquí y en Euskadi. El PNB, EA y ERC las tres fuerzas que han defendido con más rotundidad una opción independentista, con referéndum incluido, han retrocedido. EA no ha obtenido ni representación. Si ERC analiza su resultado como una falta de dosis de su medicina que todo lo cura, la independencia, y la incrementa, acabará intoxicada.

El nacionalismo moderado se ha mantenido o ha subido, es el caso de CiU, BNG o Nafarroa Bai. No obstante, lo de CiU es algo especial. Su mensaje electoral, el verbalizado y personificado por Duran Lleida, ha sido moderado, desde la perspectiva nacionalista, pero la coalición la conducen los soberanistas como Felip Puig o Oriol Pujol. Tienen que aclarar que serán de mayores.

Al PP sus grandes batallas no le han funcionado. Con sus duras posiciones sobre el trasvase, la lucha antiterrorista y la reforma de los estatutos territorial, han conseguido que el socialismo suba en Aragón, Euskadi y Cataluña, de una manera tan potente que rebasa los réditos obtenidos en Valencia y Murcia.

Al PSOE el discurso de Bono tampoco le ha servido. En la meseta, lo único que ha cambiado es Madrid, que ha visto cómo crecía el PP. La distancia entre socialistas y populares se ha mantenido intacta en las dos Castillas, Extremadura, Galicia, Cantabria y La Rioja, ya que el diputado que se elige de menos a Castilla-León y que pierde el PP, es lo que se elige de más a Castilla-La Mancha y que lo gana el PP.

En conclusión, no es la hora de más dosis de crispación o nacionalismo, sino de propuestas en positivo, de "pegarse al terreno" y ofrecer propuestas a la sociedad para acompañarla en sus cambios y aspiraciones. Se continuarán equivocando, y continuarán perdiendo, aquéllos que no entiendan el mensaje de estas elecciones.

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