La forma de abordar un problema no tiene que contradecir su solución.
Desdichadamente es lo que está sucediendo en estos momentos.
Aquéllos que nos han metido en esta crisis global y globalizada ahora quieren evitar que se construya una solución diferente a todo lo que nos han estado vendiendo y que está en el origen del problema que ahora sufrimos.
Los valedores de la desregulación total y del mercado como único rector, los que han negado la validez de normas y autoridades globales y democráticas para gobernar el proceso de globalización, los que han estado boicoteado la construcción de la ciudadanía europea y de la Europa social, los que han dejado a los ciudadanos desamparados, ahora descalifican la actuación de los poderes públicos haciéndoles responsables del riesgo de que crezca el proteccionismo nacional y con él peligros económicos y sociales superiores.
Es al revés, el riesgo sería no actuar o continuar por la misma senda que hasta ahora.
El proteccionismo económico nacional, no es una deriva inherente e inevitable de la actuación de los poderes públicos sino de su descoordinación. Una vez más se demostraría que cuando un problema global no tiene vías globales para abordarlo, cada una de las partes tiende a buscarse su "solución local" y a las horas si pueden crecer prácticas proteccionistas.
La intervención económica coordinada de los poderes públicos nacionales, con sus planes de rescate del sistema financiero, de dinamización económica, de mantenimiento de la cobertura social no es la actualización de la autarquía económica y el proteccionismo autoritario en el social y político, que siguió la crisis del 29.
Así pues hoy no hay peligro de repetir la historia, que renazca el fascismo, pero sí que crezca el populismo si no se generan soluciones globales.
Los problemas sociales de esta globalización económica, se resolverán con la globalización de las soluciones y con autoridades más globales y más democráticas.
Por eso necesitamos más Europa y más social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario