miércoles, 27 de febrero de 2008

Perder a los puntos


Fue un debate agrio y duro, como la legislatura. Y como en ella, ninguno de los contendientes ha quedado noqueado. Se resolvió a los puntos. Lo ganó Zapatero y lo perdió, Rajoy.

Desarrollo y resultado del debate han sido congruentes. El debate versó más sobre lo que ha sucedido en estos cuatro años que sobre lo que se propone para los próximos. Y el resultado fue el mismo que señalan las encuestas. Los socialistas avanzamos a los populares, pero sin que la situación esté todavía resuelta, no nos podemos confiar.

Tan Zapatero como Rajoy buscaron, y consiguieron, conectar con sus electorados respectivos, ambos buscaban movilizarlos. Pero las formas de hacerlo fueron muy diferentes.

Evidentemente, ésta es una estrategia muy útil y necesaria para nosotros los socialistas, ya que buscamos movilizar a los votantes progresistas que, hasta ahora, parecen un poco menos motivados, pero sobre todo con un mayor riesgo de dispersarse entre diferentes expresiones políticas.

Ahora bien, tengo serias dudas que insistir tanto en lo que han estado haciendo y diciendo durante estos cuatro años, fuera lo más útil para los intereses del Partido Popular, porque sus seguidores están ya muy movilizados.

La estrategia desarrollada por Rajoy tenía un objetivo, "ganarse a los Federicos", como ha dicho Eduardo Sotillos, a los sectores más radicales de su electorado. Aquéllos que continuamente le piden que de "caña a los socialistas".

Pero esa estrategia también tiene un riesgo, que se ha materializado. Esa práctica tensa al electorado de Zapatero. Cosa que es lo que éste iba buscando y que parece estar consiguiendo. Y eso, sin tener que ofrecer una imagen radicalizada, sino todo el contrario, en contraposición con Rajoy.

La contundencia esgrimida sólo le habría servido si hubiera conseguido un KO. Como no ha sido así, lo que se ha producido es la activación de los adversarios. Es el riesgo de las apuestas muy altas, sino ganas, pierdes.

Al tiempo, con esta actitud tampoco se ve recompensado con la aproximación de las personas más moderadas, más bien al contrario. Y las necesita para subir electoralmente y compensar el déficit de capacidad de pactos postelectorales.

La próxima semana habrá otro debate. Podría ser diferente, más de contraposición de proyectos y propuestas que de confrontación de balances.

Para que sea así, será necesario que rectifiquen y se den cuenta que continuar con la estrategia de la crispación no les ha sido, ni les será útil. No parece, que pueda o que le dejen hacerlo. Por lo cual resulta más probable que asistamos a la repetición del intento de Rajoy para ganar para KO, y vuelva a perder a los puntos.

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