miércoles, 14 de octubre de 2009

¡Sí toca!



Oriol Pujol, intentó emular a su padre, el President Pujol, cuando los periodistas le inquirieron por los fondos recibidos por la Fundación Trias Fargas, de CDC, procedentes del Orfeó Català al responder: “Ahora no toca” e intentó fijar otro tema como prioridad noticiable.

¡No, señor Oriol Pujol! ¡Ahora sí toca! En estos momentos no hay otro tema que pueda argüirse para intentar escaparse de contestar sobre El TEMA. El que está afectando y minando la moral colectiva del país.

No niego que existen otros temas, que pueden ser importantes y dignos de ser tenidos en cuenta, pero eso no es óbice para que pretenda despistar sobre este.

Debo reconocer que por prudencia, hasta ahora, me había abstenido de opinar sobre la vergüenza que me produce el caso Millet–Orfeo Català, y ello por tres razones:
- confiaba y confío que la justicia lo aclarará, primero, y pondrá, después, a los culpables en su sitio;
- no quería colaborar en un “xup-xup” que incrementará la desconfianza y el desprestigio hacia esa importante institución cultural y hacia las administraciones y mecenas que han colaborado en su relanzamiento
- pretendía no caer en la trampa que desde la carta de autoinculpación de Millet y Montull nos han lanzado al resto: Reconocen parte de lo que se han apropiado –solo los últimos 5 años – pero de tal manera que buscan diluir su responsabilidad trasladándonos a todos los demás (músicos, artistas, patronos, administraciones) un sentimiento de culpa, por no haberlos descubierto antes en sus tejemanejes.

Pues no. En este tema sólo hay dos bandos: los damnificados (que somos la mayoría) y los damnificantes (que son los que se han aprovechado de la institución y de sus fondos para fines indebidos). Y ha de quedar claro quién está a cada lado.

En estos momentos, creo que es más importante la transparencia que la prudencia.

Después de conocerse que 650.000€ del dinero destinado al fomento la cultura han acabado financiando la fundación Trias Fargas, de CDC, o que 150.000€ se hicieron llegar a una fundación inoperante que acabó liquidando las deudas del Partit per la Indepèndencia de Angel Colom antes de integrarse en CDC, urge que Artur Mas se explique.

En política, sólo se puede hacer lo que se pueda explicar. Aunque sea legal, si algo no puede explicarse, si no es posible entenderlo, entonces más vale que no se haga.

Para que la gente lo entienda, deben darse las razones por lo que se hizo. Aún a riesgo de que no sean mayoritariamente compartidas, pero en todo caso deben darse. Y si se hizo algo inadecuado lo mejor es reconocerlo y rectificarlo, en este caso devolviendo el dinero.

Artur Mas debe tener claro que si no explica el por qué y el para qué de ese dinero, no sólo se perjudicará él y su organización, sino que - y es lo más grave - dañará de una forma excesiva e injusta a todo nuestro entramado cultural, social y político, porque extenderá el peor de los virus que se pueden extender en democracia: la duda y la desconfianza.

Por eso, ¡Ahora sí toca!

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