miércoles, 7 de octubre de 2009

Construyendo seguridades



“Ni aventuras, ni sorpresas, ni inventos, ni renuncias”. Y sí “trabajo, trabajo y trabajo” esa fue la doble receta del President de la Generalitat en el debate de la semana pasada.

Cuando crecen las incertidumbres económicas y políticas, resulta positivo oír afirmar a la primera autoridad de Catalunya que, a él, no lo encontrarán creándonos más desasosiegos, sino construyendo, conjuntamente con la sociedad, las seguridades que esta necesita.

La autoconfianza en nosotros mismos - ya sea como individuos o como colectividad - de que superaremos los problemas es la mayor, y la mejor, de las certezas ante las dudas que generan los cambios.

Pero la autoconfianza ni se hereda, ni se decreta, se construye. Y para ello, debe asentarse sobre la realidad, de lo que podemos y de lo que no podemos, cimentarse sobre lo que tenemos y lo que hacemos y construirse entorno a propuestas y objetivos viables.

Por el contrario, aquello que destruye la confianza son cosas como:
- las aventuras de referéndums independentistas, que no tiene ningún valor jurídico, ni práctico
- la sorpresa y el desconcierto que le produce a la ciudadanía comprobar cómo se abandona o denigra aquello que tanto nos costó a todos conseguir, como fue el Estatut y el nuevo sistema de financiación, por la sencilla razón que no se está al frente del Gobierno de Catalunya
- la invención de futuribles que no parten de la transformación de lo actual, pues si la gente no percibe que esfuerzos tiene que hacer para alcanzar un objetivo o cree que no son alcanzables, no se esfuerza
- las renuncias a la máxima aspiración posible de mejora individual y colectiva, económica y política.

Construir esas seguridades - ya que la seguridad absoluta solo existe para los mesiánicos - comporta riesgos y esfuerzo, es decir trabajo, o como dice el President “trabajo, trabajo, trabajo”, pero es la única actitud útil para afrontar las cosas concretas, ya sean de tipo económico, social o político, es perseverar en el esfuerzo y ajustar lo que la mayoría de las personas quiere con aquello que está dispuesta a batallar por conseguir.

Para ello hay que combinar elementos objetivos con aspiraciones subjetivas. Reunir elementos como pueden ser la salida de crisis, el sostenimiento de la cohesión social y nivel de bienestar social o la defensa, aprovechamiento del Estatut o el estadio de autogobierno y autoresponsabilización que lleva implícito.

Con ese planteamiento de fondo, en el discurso del President Montilla, resulta más lamentable y frustrante, que la respuesta de las oposiciones de derechas fuera: más aventuras, más sorpresas, más inventos y más renuncias.

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