miércoles, 28 de mayo de 2008

Excesos verbales



Dos excesos verbales de cualificados portavoces del núcleo duro de CDC, en una semana, es demasiado.


El primero, de Oriol Pujol, calificando el Gobierno como una "casa de barrets". Posteriormente, se auto-corrigió recurriendo a prestigiosos diccionarios catalanes de sinónimos. Intentó aclarar que la acepción correcta de su exabrupto no era la mal sonante (casa de putas), sino una elíptica referencia a casas con gran desorden y barullo.


¡Que lejos quedan aquellas elegantes y mordaces afirmaciones, llenas de segundas intenciones!, cuándo algún diputado, en el Congreso, lo comparaba a una "casa de citas", porque en sus discursos, todos, incluían "citas" a personajes ilustres.


El problema no ha sido la lengua utilizada, sino el cómo se ha utilizado y el por qué.


Más grave fue el segundo, el protagonizada por Francesc "Quico" Homs. La fiebre verbal y un profundo desconocimiento de la historia, lo llevaron a relacionar el concierto vasco con la existencia de ETA.


¡Una barbaridad y un inmenso error!


Porque los fueros vascos son muy anteriores a la banda asesina y, sobretodo, porque es una terrible equivocación insinuar que, para tener concierto económico en Cataluña, se necesitaría una situación similar a la vasca. Relacionarlo es más que un exceso verbal inaceptable, es darle alas, y justificar, lo injustificable. Nada, ni el concierto, puede validar la violencia y el asesinato en un sistema democrático.


Dos excesos verbales diferentes, con un denominador común. Son el fruto de la frustración en la cual vive CDC. La radicalización de su proyecto y la virulenta oposición verbal son su inútil respuesta a su profunda preocupación por el avance de su máximo adversario político, el socialismo catalán, que vive centrado y concentrado en afrontar y resolver, sin aspavientos, los problemas reales que tiene la gente.

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