jueves, 13 de enero de 2011

Invertir los papeles

Las agencias de calificación de riesgos han sido parte del problema, y ahora, sin corregir ninguno de sus planteamientos y errores, se quieren convertir en los guardianes de las soluciones.

En todo este tiempo no han asumido ninguna responsabilidad en relación al desastre económico que avalaron. Al aplicar de forma acrítica y complaciente los dogmas y las modas económicas en boga toleraron, sin levantar entonces su voz, amplísimos y peligrosos endeudamientos, irracionales concentraciones de riesgo, así como, el escandaloso enriquecimiento especulativo de unos pocos.

Aquellos errores se han convertido en la crisis financiera internacional que pagamos todos, con su expresión más dura: la destrucción de puestos de trabajo y el incremento del paro.

Pero sin arrepentimiento ni rectificación, al contrario, ahora con formas airadas y alarmantes se empeñan en castigar aún más a los países y las economías que no apliquen sus viejos, ineficientes y antisociales criterios.

Permitieron en el pasado el exceso de endeudamiento de bancos, empresas y familias y hoy, con la fe de los conversos, anatemizan el hecho de que las administraciones públicas hayan incrementado su endeudamiento. Un crecimiento de la deuda generada en gran medida por cuatro factores concatenados: las ayudas dirigidas al rescate del sector financiero, dado su carácter básico y sistémico, las políticas estimuladoras de la actividad económica y por extensión de la creación de empleo; el atención al incremento de las necesidades sociales espoleada por las masivas pérdida de empleo y renta, y la paralela bajada de los ingresos fiscales por la situación de crisis.

Aquellos que no evitaron, ni preveieron, la llegada de la crisis ahora pontifican su ortodoxia monetarista recetando una brutal reducción del gasto, sin atender si estos elementos agravan la recesión, retrasan la recuperación de la actividad económica e incrementan las necesidades sociales.

Las diferencias en el cómo abordar la salida de la crisis en el seno de los organismos económicos internacionales, entre neokeynesianos y neoliberales, o la lentitud en aplicar los acuerdos alcanzados en las cumbres del G-20, están frenando la reforma de las reglas de funcionamiento los mercados la repetición de una crisis como ésta, entre ellas las agencias de calificación.

Como sucede en la naturaleza todo espacio que se deja vacío, alguien tiende a ocuparlo, y las agencias lo están aprovechando para invertir los papeles. Así están pasando de tener que ser reguladas por los poderes públicos o condicionar y controlarlos ellas.

Las rebajas en la calificación de las deudas públicas que otorgan las agencias, encarecen a las administraciones el acceso al crédito con el que financiar el déficit. En muchos casos, dicho sea de paso, estos créditos a un interés superior son efectuados por sectores financieros privados, los cuales a su vez han visto salvado su dinero para deudas de dudoso cobro realizadas a bancos, empresas y familias han sido asumidas o avaladas por los poderes públicos que ahora les piden recursos.

Estas penalizaciones se transforman en una gran fuerza de presión sobre las administraciones ya que de producirse suponen un grave drenaje de los recursos públicos, obligándolas a aplicar medidas de contención del gasto más duras e impopulares, para evitar nuevas penalizaciones.

La soluciones a fin de romper este círculo vicioso sólo cabe esperarla des de el lado de la a política y no de la economía, ni de quién se está beneficiando del mismo.

Porque, además, si hasta ahora las modificaciones a la baja de la calificación de un país, se habían explicado, que no justificado, en función a parámetros económicos, ahora están dando otra vuelta tuerca más y con indignación y sorpresa estos semana hemos asistido a la amenaza sobre Bélgica de incrementar su riesgo país si no resolvía los problemas políticos, generados por los resultados de unas elecciones democráticas.

Esto supone una injerencia inasumible. Si nos quieren gobernar, que se presenten a las elecciones

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