miércoles, 7 de julio de 2010

El Estatut, la solución


Aquellos que no apoyaron el Estatuto, e incluso algunos que como CiU si lo hicieron, ahora quieren aprovechar el rechazo que provoca la sentencia del Tribunal Constitucional para ir más allá.

No por conocido y advertido, como ha venido haciendo el Presidente Montilla, se ha evitado uno de los principales riesgos que comportaba el fallo de este Tribunal Constitucional y en estas circunstancias: que separadores y separatistas se retroalimente, una vez más.

La desconfianza, los prejuicios, los juicios previos y la incapacidad para entender que "el término nacionalidades era sinónimo de nación y que, en este sentido, España era una nación de naciones y de regiones", como decía el ponente constitucional, Gregorio Peces- Barba, en el momento de defender el proyecto de Carta Magna, les ha llevado a emitir una resolución con la que no coinciden muchos catalanistas, que no son independentistas.

Muchas de esas personas consideran que Cataluña es una nación y que individual y colectivamente ejercemos el derecho a decidir cada vez que vamos a las urnas, ya sea para elegir nuestros representados o para refrendar la Constitución o los dos Estatutos que hemos tenido, hasta ahora.

Son personas que no quieren aventuras inciertas, ni alocadas carreras hacia los acantilados de la independencia.

Son personas que no confunden el Tribunal Constitucional con el Gobierno, ni el PSOE con el PP, pues mientras el primero ayudó a hacer posible que hoy se haya ampliado nuestra capacidad de autogobierno, mediante el nuevo Estatuto, el otro recogió firmas contra él, alimento la catalanofobia y finalmente lo recorre ante el Alto Tribunal. De igual manera esas personas son capaces de distinguir entre la derecha española y el resto de personas que conforman el conjunto de España.

Personas que no creen ni practican ninguno de los dos nacionalismos, ni el español ni el catalán. Ni quieren que estas posiciones extremas – y a veces extremadas - deterioren la convivencia social.

Son personas que saben que seguir defendiendo el contenido íntegro del texto emanado de las Cortes y ratificado por la ciudadanía de Catalunya, es la solución más inteligente políticamente, porque supone respetar y hacer respetar el pacto que tantos esfuerzos ha costado y que permite encajar mejor la realidad nacional de Cataluña dentro de España.

Hoy el Presidente Montilla, es la única autoridad y los socialistas la única fuerza que apuestan por ello.

El resto, CiU incluida, hacen dejación de esta responsabilidad y permiten el esperpento de que sea un personaje como el Sr. López Tena (miembro de CDC), que poco después de dejar de ser vocal del Consejo General del Poder Judicial -español, se entiende- se transforma en uno de los promotores de las autoconsultas independentistas, quien interprete, monopolice y instrumentalice el rechazo a la sentencia.

Detrás del Estatuto hay más gente que de las propuestas soberanistas y la "senyera" nos representa a todos mejor que cualquier lema.

Sí queremos que más y más catalanes se sientan cómodos en este acto en defensa del Estatut: ¡Potenciamos lo que compartimos y no los particularismos!

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