Los primeros compases de la precampaña electoral suenan de forma muy diferente a la tediosa discusión esencialista a la que nos han sometido desde hace algunos meses las fuerzas separatistas y las separadoras.
Abierto el baile, uno de los primeros debates que se han producido se ha centrado en las propuestas dirigidas a cómo hacer frente a dos temas de primer orden: el alto nivel de paro juvenil y el preocupante abandono o fracaso escolar.
Este cambio es el resultado de la propuesta del "Contracte de Futur", que ha efectuado, el Presidente Montilla. Una propuesta orientada a ofrecer una salida a su situación por las casi 123 mil personas menores de 30 años, que hoy quieren y no pueden trabajar, de las cuales 50 mil son menores de 25 años y además de estar en el paro, tienen una formación baja o muy baja.
Una propuesta personalizada muy innovadora, pues el contrato a suscribir suma a la tradicional oferta de formación, para que mejoren su capacidad de ocuparse, un crédito salarial, mientras se están formando, que tienen que devolver. Esta es precisamente la novedad, "se da pescado, mientras se aprende a pescar", pero hay que devolver a la sociedad el salario cuando el esfuerzo formativo dé su fruto y hayan conseguido un trabajo.
Mismo tema, propuestas diferentes.
El debate no se ha suscitado sólo porque el PSC haya hecho un planteamiento para cómo afrontar el desempleo juvenil y el fracaso escolar, sino porque a estos temas los nacionalistas catalanes de centroderecha han hecho una propuesta completamente diferente.
Una propuesto en la que CiU aboga, una vez más, por la recuperación de la figura del aprendiz. ¡Que no es lo mismo que fomentar el aprendizaje en el puesto de trabajo!
Su intención es recuperar el arcaico modelo gremial donde los jóvenes trabajaban y aprendían el oficio de los oficiales y maestros de la empresa sin cobrar. La solución al paro juvenil no es colocar a los jóvenes a que trabajen gratis y que así no figuren en listas del paro – eso es ocuparlos, pero no emplearlos -, ni la solución al fracaso escolar está en que aprendan a repetir lo que se está haciendo y que necesariamente debe cambiar.
Hoy la formación profesional de los jóvenes, y no tan jóvenes, consiste en que estos alcancen los conocimientos prácticos de un oficio, pero también las habilidades para continuar evolucionando en el trabajo al mismo ritmo que los cambios tecnológicos los impulsen. Esto no se hace con los métodos de aprendizaje artesanal.
Sinceramente creo que las campañas electorales deberían ser eso: confrontación de ideas y propuestas sobre los problemas existentes, para que el electorado decida por cual opta. Y este debate lo es. Tiene de todo: unos temas trascendentes y unas propuestas diferenciadas, que evidencian sensibilidades contrapuestas.
¡Ojalá toda la campaña fuera así!
Pero mucho me temo que no lo será, CiU está demasiado interesada en no promover ningún debate concreto. No sea que se le vea el plumero de sus propuestas.
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